
#CONOZCAMOS A NADIA ROMERO MARCHESINI

Soy Nadia Romero Marchesini, Licenciada y Profesora en Artes Plásticas por la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Me dedico a la ilustración profesional desde el año 2015. Soy miembro de la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA). Publiqué mis libros con varias editoriales en Argentina: Grupo planeta Lector AR, Kapelusz, Santillana, Grupo Aique Editor, Editorial Camino al Sur Editorial Pez Menta, Editorial Ekeka, Editorial Estrada, y en países como España con BabiDibu libros, en Italia con Oso Melero edizioni. Fui seleccionada en numerosos concursos de ilustración de Argentina, Colombia, México, Australia, Ucrania, España e Italia. Actualmente, desarrollo mi trabajo como ilustradora de manera freelance y en docencia universitaria.
Entrevista: @Urdimbrediciones
Imágenes: @Nadia Romero Marchesini
¿Qué hecho significativo te llevó a dedicarte a la ilustración?
Podría decirse que primero el azar y luego el compromiso. Había pasado poco tiempo de haber obtenido mi título de grado universitario y me llegó un encargo para hacer una serie de ilustraciones para manuales escolares de inglés. Aquel fue el primer encargo profesional que recibí, sin buscarlo, casi por casualidad. En ese momento acepté y comencé a trabajar en ello. Durante el proceso de trabajo fui dándome cuenta del universo que se escondía detrás de ese pedido inicial, que comenzaba a abrirse para mí. Me di cuenta también que necesitaba herramientas para poder ingresar y permanecer en él, conocerlo en profundidad y, fundamentalmente, disfrutarlo. Una serie de interrogantes surgieron en aquel momento, desde la búsqueda individual para comunicar y cómo llevar adelante el trabajo en equipo, de qué manera presupuestar el encargo y acordar un pago, considerar las condiciones contractuales, tener en cuenta la cesión de derechos de la obra y realizar la firma del contrato, hasta respetar los derechos y las obligaciones en tanto ilustradora. Todo eso me motivó a formarme y dedicarme de manera profesional al campo de la ilustración.



Como ilustradora, tienes un estilo bastante versátil, has ilustrado portadas, puzzles, libros y otras piezas gráficas. ¿De qué otras fuentes se alimenta tu universo creativo? ¿Y quiénes conforman hoy tu marco de referencia?
La ilustración tiene tantas formas de ser que trato de aprovechar los diferentes caminos que ofrece para desarrollar mi trabajo. Siempre estoy abierta y en busca de nuevas propuestas. Me encanta explorar formatos diferentes, creo que es una de las formas de alimentar el universo visual. El mundo del diseño, del cine, de la música, de la danza, de la poesía, de la fotografía y la vida cotidiana son, generalmente, mis marcos de referencia. También admiro a artistas visuales como Basquiat, Marc Chagall, Matisse, George Braque, Hannah Höch, Joaquín Torres García, Carlos Alonso, Antonio Berni, ilustradores cómo Isidro Ferrer, Elena Odriozola, Diego Bianki, Maria Wernicke, Isol, Gabriel Pacheco, Jesús Cisneros, que nutren mi mirada y alientan con sus trabajos mi propia producción.
Si hacemos el ejercicio de evocar ¿Quién te leía de pequeña? ¿Y qué historia o cuento es parte de tu autobiografía lectora?
Mi infancia transcurrió en una ciudad muy pequeña del litoral argentino. Crecí en Entre Ríos, una provincia que se encuentra abrazada por dos ríos, el Paraná y el Uruguay. Pasaba mucho tiempo al aire libre, en un entorno natural y las primeras historias me llegaron a través de los mitos litoraleños y las creencias populares. En mi casa había pocos libros, pero muchas historias. Parte de un legado familiar son unos diccionarios muy antiguos que aún conservamos (van pasando de generación en generación) y recuerdo que, en ocasiones, jugábamos con mi mamá a abrirlos en una página cualquiera, elegir una palabra y construir una historia. Lo divertido es que la obra completa tenía cinco tomos!

¿Qué autor de libro infantil y/o juvenil se llevaría el título de “imprescindible” y por qué?
Quino es un autor imprescindible en la biografía de cualquier persona, independientemente de su edad o del momento que se encuentre en su vida. Su trabajo hace pensar y cuestionar todos los lugares comunes. Creo que su obra atraviesa fronteras de todo tipo.
¿Podrías contarnos qué guardan los diarios ilustrados –sketchbook– de Nadia Romero Marchesini?
Estos diarios son libretas de dibujos que guardan múltiples experiencias gráficas: recortes de periódicos, pasajes, tickets, etiquetas, boletos, dibujos, frases, anotaciones, listas. Todas ellas, de alguna manera, comenzaron a transformarse en un banco de imágenes al cual recurro cada vez que empiezo un proyecto. Allí puedo sentirme libre de experimentar, de habitar el error, de escribir, de borrar, de tachar, de jugar, de probar y guardar recuerdos. Personalmente, valoro muchísimo los diarios ilustrados, son una especie de reservorio analógico de nuestra propia mirada del mundo que habitamos.






¿Cómo fue el trayecto del libro “Donde vive la música” (Pez menta Ediciones, 2020) con poemas de María Luz Malamud, hasta ser uno de los libros finalistas del Premio Fundación Cuatrogatos 2021? ¿Y cómo fue el desarrollo de las ilustraciones del poemario para dar con lo visual, sin perder lo sonoro de las palabras?
Cada proyecto es una invitación a nuevos procesos. Cuando llegó la posibilidad de hacer “Donde vive la música” me sentí honrada por la propuesta. Además, la afinidad con el proyecto fue inmediata: apenas leí el texto sentí que era para mí. La poesía de María Luz Malamud, las metáforas, las sutilezas, la profundidad, el ritmo, la armonía y la melodía de su obra hicieron todo mucho más fácil a la hora de trabajar en las ilustraciones. Lo primero que elegí fue la paleta de color, que oscila entre amarillos anaranjados, ocres y azules desaturados. Busqué de esa manera alcanzar cierta armonía cromática para que el texto y las imágenes compartan el mismo protagonismo. Luego definí los materiales y el modo de representación. Las técnicas mixtas son una constante en mis procesos de trabajo, que en esta ocasión se fusionaron de modo tal que la polifonía visual y la sonoridad de la palabras se hicieron poesía.
El resultado del proceso, el objeto libro en sí mismo, ya era un motivo de celebración que se hizo enorme al enterarnos que había resultado finalista del Premio Fundación Cuatrogatos 2021. Realmente nos tomó de sorpresa. No esperábamos tal reconocimiento pero fue una gran felicidad compartir podio con referentes de literatura infantil y juvenil. Saber que el libro empezaba a hacer su camino y a contribuir en la difusión y la lectura de libros de alta calidad creados por escritores/as e ilustradores/as iberoamericanos/as es realmente gratificante.



En “Obra conjunta” y de la mano del escultor argentino, Fernando Rosas, llevas la ilustración al plano volumétrico, donde intervienes la obra con tu trazo. ¿Cómo fue participar a esta escala objetual?
Dada mi formación profesional en el campo de las artes visuales siempre me encuentro atravesada y conmovida por prácticas artísticas tales como la pintura, el grabado, el dibujo, la cerámica y la escultura. Con Fernando Rosas -escultor argentino con sede en Mendoza, una provincia argentina de la región de Cuyo- nos conocimos a través de redes sociales por la admiración compartida de nuestros trabajos y se dio la posibilidad de hacer una “Obra conjunta». Personalmente, su trabajo siempre me ha parecido maravilloso. Él me propuso ser parte de esta colección que había empezado a hacer con distintos/as artistas, cuya propuesta giraba en torno a una intervención colectiva. Fernando tomó como referencia una de mis ilustraciones y generó una talla en madera. A partir de entonces, el carácter bidimensional de la ilustración pasó a la tridimensionalidad con un estilo altamente sensible, fiel al estilo de Rosas. La talla viajó por correo hasta mi estudio, donde comencé a intervenirla con diferentes materiales. En este punto no solo cambió el modo de pensar la imagen plástica, sino que el sentido estaba siendo transformado constantemente. Cada intervención le otorga nuevos significados a la obra y eso es lo interesante de trabajar de modo conjunto. Finalmente hicimos dos trabajos juntos: «Cabalgando mares» y «Un lugar seguro», que serán parte de una muestra a celebrarse en Febrero de 2022 en la ciudad de Mendoza, Argentina.










La ilustración titulada “Sobre hombros de gigantes” fue seleccionada en la exposición “Il bambino spettatore” que se presentó en última edición de la Feria de Libro Infantil Bologna. ¿Cuál es la idea o concepto que da vida a esta obra? ¿Y cómo recuerdas este hito dentro de tu carrera como ilustradora?
Con la ilustración «On the shoulders of giants» [“Sobre hombros de gigantes”] quedé seleccionada en la edición 2021 de la exposición “Il Bambino Spettatore” organizada como parte del “Mapping – Un mapa de la estética de las artes escénicas para la primera infancia”, que se presentó en la Feria del Libro Infantil de Bologna y en Visions online del Festival Visiones del futuro, visiones del teatro de La Baracca – Teatro Testoni Ragazzi de Bolonia. El jurado compuesto por Roberto Frabetti (Teatro Testoni – La Baracca, presidente del jurado), Giorgia Grilli (Universidad de Bologna), Giulia Orecchia (ilustradora) y Maurizio Quarello (ilustrador, Academia Macerata) seleccionó 36 ilustradoras/es de 20 países, de los/as cuales me ha hecho muy feliz de ser una de ellas y formar parte de esta edición. Para dar vida a esta obra pensé en el lugar de las niñas y los niños como espectadores de las artes performáticas. Creo que son espectadores porque pueden ver cielos inalcanzables, tocar alas escurridizas, entrometerse entre los techos que flotan sobre las nubes, escuchar los silencios de los árboles y sentir los misterios ocultos especialmente cuando miran desde los hombros prestados de los gigantes. Pero una vez estando allí, son mucho más que espectadores: desarrollan su propia visión del mundo y lo actúan en cada juego.

Recientemente, con Pez menta Ediciones (2021) diste cuerpo a un texto inédito de la muy extrañada –Liliana Bodoc– “Formas de ver”, donde creaste universos gráficos con diversas técnicas y elementos, no sólo plásticos, sino con tela, trozos de madera, propios del collage. ¿Cómo fue el proceso creativo de este álbum ilustrado?
“Formas de ver” es un libro que me abrió la posibilidad de explorar y crear otros universos gráficos. El hallazgo de la editora, (Maria Luz Malamud) de este poema inédito de Liliana Bodoc y la posibilidad de poder trabajar en este álbum me permitió iniciar un camino de investigación, experimentación y producción hasta finalmente dar con el modo de contar que estaba buscando. Inicialmente presenté dos propuestas gráficas, (personajes, escenarios, texturas, objetos, paleta de color, tipografias, etc.) a la editorial para empezar a desarrollar las ilustraciones, y luego de analizarlas decidimos ir por este camino, el de una propuesta gráfica con elementos que aportan volumetría a la imagen y donde el dibujo actúa como un puente entre la bidimensión y la tridimensión. Este modo de representación, ya transitado por Joan Brossa, Peret e Isidro Ferrer, entre muchos otros, me ha animado a la construcción de los personajes y los escenarios. Los elementos que utilicé fueron elegidos en función de lo que quería representar, fundamentalmente el paso del tiempo, pero también la memoria y las huellas de historias familiares que persisten y se vislumbran en el vínculo, en este caso, de una niña con su abuelo. En conjunto, las ilustraciones fueron pensadas y trabajadas para favorecer ciertos vacíos y algunos silencios al mismo tiempo que un discurso que pretende de manera novedosa estar presente a lo largo de todo el libro.



¿Qué importancia tiene la exploración de nuevos formatos en tus creaciones, como los fanzines, leporellos?
La exploración es central en el trabajo que hago. De allí surgen estos formatos que están estrechamente relacionados con la autoedición. En este sentido, el fanzine históricamente ha sido un género caracterizado por la libertad expresiva, como así también los leporellos. Por un lado, estas modalidades me permiten desarrollar continuas expresiones de temas abiertos. Por otro lado, me habilitan a contar historias breves a un bajo costo y en tiradas acotadas. Es una manera de seguir trabajando en paralelo al mercado editorial.



¿Cómo ha sido tu rol desde la docencia en espacios formales e informales como ilustradora?
Mi formación como profesora universitaria de artes plásticas y mi formación en cursos de posgrado como ilustradora constituyen una hibridación, que me permite tener una mirada amplia acerca de cómo abordar determinados proyectos. Formo parte de una cátedra universitaria (Lenguaje Visual III), en la que llevamos adelante un proyecto de aprendizaje y servicio solidario, que consiste en que los/as estudiantes realicen, durante el año lectivo, un libro álbum dirigido a instituciones como bibliotecas populares y centros de lectura del país. En este sentido es muy rico el intercambio que se genera entre escritores/as que donan sus cuentos, estudiantes que trabajan la ilustración y el diseño del libro acompañados por el equipo docente de la cátedra y las bibliotecas que reciben el material. Además, en muchos casos, los libros reciben ofertas de publicación. Por otra parte, trato de habilitar continuos intercambios de formación en espacios informales, mediante el dictado de talleres de ilustración y dibujo.
¿Qué libros recomendarías si piensas en verano, calendario, fruta, cielo y océano?
Verano: «El vino del estío«, de Ray Bradbury (Minotauro, 1957); «Cuaderno de vacaciones» de Grassa Toro e Isidro Ferrer (Libros del Zorro Rojo, 2016).
Calendario: «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1967).
Fruta: «Mi planta de naranja lima», de José Mauro de Vasconcelos, edición traducida al español por Haydée M. Jofre Barroso, ilustrado por Jaime Cortez (Editorial El Ateneo, Córdoba, Argentina, 1968).
Cielo: «Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo», de Einar Turkowski (Libros del Zorro Rojo, 2007).
Océano: «La piscina» de Ji Hyeon Lee (Editorial Orecchio Acerbo, 2015); «Océano» de Anouck Boisrobert y Louis Rigaud (Libros del Zorro Rojo, 2017).
¿Tienes alguna novedad o próximos proyectos que quieras compartir con nuestros lectores/as?
Próximamente saldrán publicados otros tres títulos más con editoriales de Argentina, España e Italia. Durante el 2021 estuve trabajando en un proyecto junto a Editorial Ekeka y me hace muy feliz compartir que saldrá publicado en 2022. Se trata de un libro ilustrado titulado: «Justo al Revés» escrito por Sol Silvestre e ilustrado por mí. Además, se publicará mi segundo libro álbum con la editorial BABIDI-BÚ con sede en la ciudad de Sevilla: «¡Zurribulle! El cuento de los niños inquietos”, escrito por Raimundo Lara Muñoz. También tuve la oportunidad de trabajar con la editorial Oso Melero Edizioni, con sede en Padua, Italia. Se trata de un libro ilustrado titulado “Chapoli y las semillas-corazón», escrito por Norma Muñoz Ledo, un cuento de aventuras ambientado en Veracruz (México) destinado a niños y niñas a partir de 10 años.



Por último, nosotras entendemos lo diverso como todo aquello que nos parece distinto a nuestra realidad y entorno. ¿Cómo lo entiendes tú?
Celebro lo diverso. Lo entiendo como una pluralidad, una multiplicidad de puntos de vista, de formas de entender, sentir y habitar el mundo que nos rodea. Creo que la diversidad siempre es el camino.
Conoce más de su trabajo aquí: http://nadiaromeromarchesini.com.ar/
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