#CONOZCAMOS A PAZ TAMBURRINI

¿Qué hito dentro de tu carrera, te condujo, además de la docencia y el lenguaje visual, a probar ilustrar con el papel y sus posibilidades –pliegues, calados, dobleces– para contar nuevas historias?

Si bien el papel estuvo siempre presente en mis exploraciones artísticas, no lo había considerado como el arte final hasta que surgió la posibilidad de ilustrar con muñecos y escenarios de papel. El encargo vino de la mano de la editorial La brujita de papel con los libros Una hormiga y Una oveja. Estos libros, juegan con el soporte, son libros cartoné que tienen las páginas troqueladas de menor a mayor de manera que el libro va aumentando de tamaño.  Trabajamos en la creación de un escenario y sus personajes en papel que luego fueron fotografiados por Uri Gordon. Fue una experiencia que abrió el camino hacia ese universo gráfico. Al poco tiempo llegó Tres Trucos de la editorial Edelvives, que forma parte de una colección que tiene recortables al final del libro. Esto me permitió desarrollar un juguete de papel y también plantear la historia con este lenguaje.

¿Cómo es tu relación con los libros y la lectura? ¿Tienes alguna escena o cuento favorito que te haya desafiado como lectora, ya sea por sus ilustraciones, su portada o por quién te las leía? ¿Crees que estas historias hayan gatillado tu interés por explorar los límites del libro tradicional y a su vez experimentar con las técnicas de ingeniería en papel y paper cut para otorgar nuevas experiencias lectoras?

Cuando era chica heredé de mi prima mayor El libro sorpresa de los gnomos de editorial Atlántida. Creo que ese libro sembró la semillita del trabajo con papel y probablemente también del tipo de historias que me sale contar: de mundos imaginarios y en entornos de naturaleza.

Recuerdo los intentos de reproducir los mecanismos con papel jugando con mi hermana.

Mi libro favorito es Cuando el mundo era joven todavía de Jürg Schubiger, me gusta por las cosas que me hace pensar.

Comparto un poquito:

LA INVITACIÓN

Verano en el jardín. Bajo el peral, chispeantes insectos. Ellos zumbaban; yo canturreaba con ellos. Estaba sujetando una malva a un bastón, quitando malas hierbas, haciendo esto y lo otro, y entre una cosa y otra, nada.

Entonces me habló una abeja:

–Hoy se casa nuestra reina –dijo–. Mi pueblo y yo necesitamos un padrino. Te hemos elegido a ti.

Me quité la tierra seca de los dedos.

–Gracias–dije–. ¿Qué debo ponerme?

–Alas– dijo la abeja.

¿Qué autor de libro infantil y/o juvenil no pueda faltar en nuestras bibliotecas y por qué?

Bruno Munari. ¡Total fascinación por su trabajo! La manera en que se apropia de los aspectos materiales del libro para narrar, llevándolo al extremo de contar solamente con los elementos con los que se realiza el libro como objeto: el tipo de papel, el formato, la encuadernación. La materialidad del libro como elemento narrativo y expresivo. Puro juego.

Es una maravilla.

¿Cómo surgen las historias a través del juego y la interacción con distintos formatos: circulares, libro juguete, libro calesita?

Partir de un formato determinado es como que alguien te haga una pregunta que tenés que responder.

Inicia un diálogo.

No partís de la nada, del blanco, de alguna manera es como un limitante positivo porque ofrece un desafío. Algo que hay que resolver y eso pone en marcha la imaginación y la creatividad.

Los personajes que habitan en un libro circular, seguramente no serán los mismos que habitan en un libro alargado. 

¿Cómo defines los planos que dan vivacidad a los personajes, a los escenarios, por ejemplo, en las cajitas escénicas o los teatros de papel? ¿Y cuándo decides incorporar la luz y la sombra como parte de la narración?

Mediante el uso de distintas estructuras que permiten superponer capas caladas podés construir escenas inmersivas, que sean fijas como en una caja escénica o que puedan plegarse y desplegarse como en un libro túnel o una calesita.

Empecé a jugar con la incorporación de la luz frente a un encargo de stopmotion. La gran Lotte Reiniger pionera de la animación con siluetas de papel animaba con retroiluminación sobre una mesa, yo tenía una caja de luz entonces decidí probar. Armé una estructura para tener distintos niveles y en cada piso fui ubicando los calados para poder moverlos de manera independiente, me encantó el efecto que se producía, la manera en la que la luz levantaba las texturas de los papeles artesanales y los colores nuevos que surgían de la superposición. A partir de esta experiencia seguí probando con otros soportes que combinaran la luz y el papel.

Dentro de tu quehacer como ilustradora y amante del papel, podemos encontrar variadas técnicas aplicadas en diversos soportes –impresión bidimensional, juguetes, escenografía, ingeniería en papel– que plasman un imaginario versátil, compuesto en base a capas, colores, profundidad y texturas. ¿Cómo defines la técnica a utilizar y qué criterios consideras cuándo te enfrentas a un nuevo proyecto?

En el trabajo con papel ya sea desde la creación de una ilustración o la construcción de libros tridimensionales encuentro la posibilidad de crear pequeños universos tangibles, habitables

En general lo primero que hago es ir directo a recortar papel, van apareciendo personajes, voy armando escenas y estableciendo relaciones entre esos recortes, saco fotos jugando con los encuadres y esto muchas veces me ayuda a encontrar la manera de contar la historia y las secuencias narrativas.

Si el proyecto lo permite, por temas de costos y de producción, me resulta interesante explorar los aspectos materiales o cuestiones del soporte, buscar una “casa” que mejor me ayude a contar la historia o que potencie la narrativa.

¿Qué otras dimensiones artísticas nutren tu universo creativo? ¿Y quiénes conforman hoy tu marco de referencia?

Estoy muy interesada en el pre-cine y los primeros juguetes ópticos. El arte primitivo y el arte folk de diferentes partes del mundo, el arte en papel tradicional de las distintas civilizaciones, los objetos de papel de la época victoriana.

El marco de referencia lo conforman un montón de artistas que de alguna manera me han interpelado o emocionado y en algún momento inciden en mi trabajo. Los universos de El Bosco, los espacios habitables de Dubuffet, los recortes de Matisse, las películas de Lotte Reiniger. Es mucho más larga la lista en verdad.

Mis colegas ilustradores con quienes compartimos tardes de dibujo y charlas y de quienes aprendo continuamente.

“Dormir en el medio” (Editorial Biblos, 2015) es un libro donde el diseño editorial es muy cuidado –que obtuvo el II premio Latinoamericano al Diseño editorial en 2016–, donde el trabajo en papel expresa, comunica, a través de pliegues, cortes y gofrados. ¿Cómo fue el proceso creativo para dialogar con los poemas de Ani Mestre?

Los poemas de Ani Mestre se te calan en la piel, son puras sensaciones, quisimos transmitir eso desde la experiencia lectora, que sea tangible directamente. Nos apoyamos en la materialidad, en la posibilidad de intervenir la piel del papel: las texturas, los gofrados, los calados. Trabajamos en conjunto con la autora y con la diseñadora Leticia Kutianski (que tiene la habilidad de hacer realidad lo que imagino) y encontramos buena respuesta en la imprenta Gráfica Latina, donde nos orientaron en relación a las posibilidades de producción. El proceso fue un continuo ir y venir entre las experiencias que hacía yo en el taller y las pruebas que hacíamos con los imprenteros.

“Una hormiga”, “Una oveja” son dos libros escritos por María Laura Dedé, publicados por La Brujita de Papel (2020) para primeros lectores, donde en –función de la doble página– tus ilustraciones se amplían hacia el formato apaisado y logran complementar al relato, que busca desarrollar también asociaciones aditivas –criterio que se acentúa– con la numeración y troquel de cada página. ¿Cómo llegaste a definir a los personajes para que se distribuyeran en el formato, para que mantuvieran un plano secuencia como la técnica de stop-motion? ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que tuviste que sortear para lograr mantener esa superposición de planos en cada doble página?

El formato de estos libros obligaba a sostener un escenario que fuera ampliándose a medida que las páginas se iban pasando y, que al ser las páginas de tamaños distintos hubiera continuidad en la imagen cuando el libro estuviera cerrado.

Las características del soporte y esta necesidad de continuidad llevaron a plantear una maqueta de 1 x 70 cm con distintos niveles y capas para ir ampliando desde las tomas fotográficas.

Para las escenas construí distintas versiones de cada personaje haciendo variaciones en los ojos o en los gestos para evitar que fuera repetitivo dado que el escenario debía quedar fijo.

Tuvimos que prestar especial atención al momento sacar las fotografías para conseguir la continuidad entre las tomas y las páginas secuenciadas. Fue un trabajo en conjunto con Isabel Rodrigué (editora), María Laura Dedé (escritora) y Uri Gordon (fotógrafo).

Tener todos los personajes y el escenario disponible para armar nuevas escenas dio la posibilidad de hacer los booktrailers con stopmotion y sumar a Diego Moscato en la edición.

Cuando se expanden los límites del libro, y aparece una historia ilustrada en dos o más dimensiones, ocurre un acto de magia, –ya sea por los planos desplegados, el escenario que se eleva o por los mismos personajes– ¿Has podido presenciar las reacciones en pequeños y pequeñas lectores y lectoras cuando se enfrentan a esta tridimensionalidad?

¡Si!, trabajo hace tiempo con niñas y niños en la creación de este tipo de libros. Es maravilloso compartir sus reacciones frente a los libros y ofrecer un espacio de lectura y de exploración de los soportes desde la creación. La experiencia lúdica que proponen estos libros potenciados desde la materialidad nos sitúa en un lugar nuevo como creadores y también como lectores.

¿Cómo fue participar, con tu serie en paper Cut, en el CICLA International Illustration Exhibition 2020?

Fue una emoción muy grande. Participé también de la edición 2019 y tuve la posibilidad de viajar a China, junto a Nella Gatica quién obtuvo el primer premio del certamen y estar presentes en la exposición. Fue un honor que el Museo de arte Folk de Shanghai haya adquirido estas dos series de paper cut.

¿Cómo ha sido tu experiencia de compartir tus conocimientos desde la docencia? ¿Y cómo ha sido el feedback de tu curso en Domestika “Ilustración con papercut: crea libros extraordinarios”?

Enseñar es una de las cosas que más me gusta hacer en la vida, cada vez que aprendo algo nuevo quiero correr a compartirlo, armar un taller o un tutorial.

Me encanta el proceso que exige la enseñanza y cada una de sus etapas:  investigar sobre un tema, seleccionar, sistematizar, organizar, diseñar y por último compartir el banquete, el taller es una celebración y es absolutamente cierto eso de que aprendemos mucho más de lo que enseñamos.

Hacer un curso de Domestika fue una experiencia interesantísima, me ayudó a ordenar procesos, a pensar en cuestiones que me eran automáticas y sistematizarlas, a entender mejor mi manera de trabajar para poder contarla. Estoy recibiendo muy lindos comentarios, la gente se toma el trabajo de escribir valoraciones con cariño y me tranquiliza leer que está resultando útil e inspirador para explorar la materialidad del libro como herramienta creativa.

Es alucinante estar en contacto con personas de todo el mundo, se produce un intercambio enriquecedor…

¿Qué libros relacionarías con los siguientes conceptos: jardín, invierno, troquel, árbol, leporello, mar, casa, infinito?

Con jardín: El buscador de orquídeas, de Ana Sender. Editorial Tres tigres tristes

Con invierno: La visite de Petite Mort, de Kitty Crowther. Colección Pastel de la Editorial L’école des loisirs.

Troquel: El juego de las fábulas, de Enzo Mari. Editorial Corraini

Árbol: El árbol de las cosas, de María José Ferrada y Migue Pang. Editorial A buen Paso

Leporello: Un an, l´automne, de Charlotte Frereau, Editions MeMo

Mar: La Piscina, de Ji Hyeon Lee. Editorial BFE

Casa: Una casa para el abuelo, de Grassa Toro e Isidro Ferrer. Editorial Sins entido (Editado también por Libros del Zorro Rojo, 2014)

Infinito: El juego de las fábulas de Enzo Mari, Edizione Corraini

¿Tienes alguna novedad o prontas coordenadas que quieras compartir con nuestros lectores/as?

Estamos trabajando en nuestro segundo libro junto a Silvina Rocha, es un proyecto que me tiene muy enganchada y para el que estoy trabajando en un escenario de 1,50 x 1m que es un gran jardín donde transcurre la historia, las fotos están a cargo a Lourdes Tienda y el diseño de Leticia Kutianski.

Estoy trabajando en colaboración con la compañía de teatro Semillita en unos objetos de luz y papel que acompañarán las presentaciones.

Por último, nosotras entendemos lo diverso como todo aquello que nos parece distinto a nuestra realidad y entorno. ¿Cómo lo entiendes tú?

Un poco así como ustedes y también con aquello que aun siendo de la misma naturaleza con sus pequeñas diferencias nos hace bifurcar la realidad y crear otras posibles.