#CONOZCAMOS A PEDALEANDO UN CUENTO
Entrevista: @Urdimbrediciones
Fotografías: @pedaleandouncuento
Somos Maritza Burgos (educadora, valdiviana) y Javiera Andrade (psicóloga, chilota). Nos conocimos rodando en bicicleta cuando trabajábamos en un jardín de niñes de orientación Waldorf en Valdivia. En poco tiempo, nos conectamos desde la tierra y el cielo en una misión en común que es viajar en bicicleta y conocer el mundo rural desde la voces de les niñes con el objetivo de retratar su identidad local.
Partimos en Valdivia y recorrimos algunos puntos de la región de los ríos, luego fuimos por la ruta de los lagos hacia Chiloé. Cruzamos el Corcovado y comenzamos la ruta de la carretera austral comenzando en Chaitén y terminando en Tortel. Cruzamos los canales para llegar a la región de Magallanes y cruzamos el Onashaga para visitar las localidades australes de Pto. Williams y Pto. Toro en Isla Navarino. Cruzamos a Argentina por Ushuaia y seguimos pedaleando por tierra del fuego y provincia de Santa Cruz. Contra el viento seguimos hasta las cercanías de la provincia de Buenos Aires.
Estuvimos pedaleando un año y dos meses, recorrimos 5.000 kilómetros, trabajamos en conjunto con 44 comunidades educativas y dormimos en un sinfín de rincones y casas de personas que abrieron las puertas de su hogar para recibirnos. Trabajamos por medio del trueke de alimentación y alojamiento a cambio de realizar talleres de creación literaria y encuentros de cuentacuentos en escuelas y jardines rurales donde compartimos con niñes entre 3 a 14 años. Para conocer las historias que recopilamos es posible visitar el sitio web www.pedaleandouncuento.org donde se encuentran registros fotográficos y audiovisuales del cicloviaje, como también, las historias de niñes y un blog de anécdotas. En marzo del 2020 lanzamos nuestro primer libro autoeditado ilustrado para niñes en el que contamos nuestra experiencia cicloviajando.
A vuestro proyecto lo descubrimos por la nube, quedamos maravilladas y quisimos conocer más de él y de ustedes ¿Qué vivencia significativa las llevó a tomar la bicicleta e itinerar con historias por una ruta, luego otra, hasta querer dar la vuelta a Latinoamérica?
La bicicleta ya acompañaba nuestras aventuras por las ciudades donde habitábamos mucho antes que este cicloproyecto partiera. Ambas estamos de acuerdo en que esta herramienta nos facilita el encuentro con la diversidad de personas que trabajan en variados temas de gran valor. Entonces, esta vez, Musgo y Anacleta nos llevarían a sumergirnos en la naturaleza rural donde queríamos encontrar las más profundas historias de intimidad y cotidianidad campesina en la voz de les niñes quienes las llevan con alta lucidez. Nuestra curiosidad es tanta que queremos vivenciar la vida rural de les niñes en Latinoamérica y ver qué nos encontramos en el ciclo con tal de responder a las tantas interrogantes que surgen en el camino.
Para Geneviève Patte, conocida también como la mujer del canasto, “Leer es el resultado de la voluntad de conocer” ¿Creen que llevar historias por zonas extremas y alejadas, de acercar el relato y el asombro en absoluta libertad es lo que nutre –pese a todas inclemencias del clima, desgaste físico, distancias– a contagiar la magia viva de los cuentos y a seguir pedaleando este proyecto? ¿Creen que escuchar historias desde la primera infancia es, sin duda, el punto de partida para acercar a las y los niños con los libros y la lectura?
Leernos historias de vida peculiares y únicas nos traen al sentido táctil de emoción, entonces tener la posibilidad de compartir lo vivido con otres que atentamente escuchan es vivirlo otra vez y así sucesivamente. La voluntad es una cadena de favores cuando se trata de escuchar, mirar, escribir, recabar y vivificar nuestras experiencias. Con el tiempo en el viaje fuimos soltándonos al devenir del rodar y cada instante se transformó en una gran historia que contar en el siguiente pueblo. De cómo los guanacos se reían de nuestro intentos de pedalear contra el viento de 90 km/h en la pampa Argentina o de cuánto engordamos en Chiloé al cruzar a tantas islas y rincones en lancha y ser invitadas a comer en todos lados. Entonces claro que mientras mas pequeños seamos al sentir este encuentro de amor, tanto mejor y así seguir cultivando a lo largo de la vida la voluntad. Fuimos cómplices del gozo vibrante de ojos brillantes en les niñes al escuchar cuentos de sus pares. Se entusiasman al querer escribir las suyas y conocer otras, por lo tanto, a seguir leyendo.
¿Cómo han ido trazando los trayectos? ¿Preparan una ruta y luego van contactando con las escuelas rurales, o comunidades que estén en el camino, o viceversa, es decir, gestionan sus encuentros con anterioridad y en base a eso, diseñan un itinerario a seguir?
Así como lo conocido nos estructura de cierta forma, nuestro cicloproyecto mantuvo un año de preparativos de distinta índole. El trayecto, por ejemplo, siempre tuvo un claro comienzo, de Valdivia nos vamos rodando hasta la Antártica a la última escuela que podamos llegar. Usualmente, tratamos de conseguirnos los contactos de quienes trabajan en las escuelas para ir donde el mapa nos indica lugares que nos llaman la atención. En cada lugar al que llegamos a dormir, comentamos nuestros motivos y por lo tanto, nos comentan de alguien que conoce a la o el docente en tal escuela y allí partimos. Pero la mayoría de las veces, llegamos pedaleando al pueblo y tocamos la puerta de la escuela a presentarnos y proponer nuestra labor.
¿Cómo han ido hilvanando los talleres de creación literaria con el juego, la naturaleza y la comunidad? ¿Son consignas de creación que se van adaptando según el lugar y/o interés de cada grupo o responden a temáticas ya establecidas?
Los talleres de creación literaria tienen el objetivo principal de contribuir al tejido sociocultural de las comunidades y por lo tanto, siempre trabajamos en hilvanar las historias locales que fortalezcan la identidad cultural que se forja en cada sitio. A la vez, hay ciertas características intransables del taller como el gozo, la amistad y conversación que vamos asociando a juegos, cuentos, experiencias artísticas y de contacto con la naturaleza y comunidad, como un esquema básico. Luego, lo que sucede en cada localidad es caso de cada cual; siendo el primer día tomado como una instancia para conocer características propias de la comunidad educativa, fortalezas e intereses para ir trabajando en los siguientes días.
¿Hay algún libro/cuento/personaje de la literatura infantil que haya sido especial para cada una? ¿Qué libro recomendarían?
Cuando yo era niña (Javiera), mi mamá nos regalaba un libro cada Navidad y cumpleaños. Cuando ya tuve edad de leer, el libro regalado para el cumpleaños era el más importante y mi mamá me regaló el cuento Niña Bonita. Cuando mi hermana menor, cumplió seis años, le regaló el cuento La señorita Emilia. Ambos son cuentos maravillosos que recomendaría, sin embargo, lo más importante para mí es que al abrir cada libro, sentí su dedicación y amor al elegir un libro para cada una de nosotras. Cuando mi madre me regalaba un libro, sentía que me conversaba a través de imágenes narradas en otras voces.
El contexto de mi infancia (Maritza), prestó a que mi imaginario natural me nutriera y nos despejara a mi y mis hermanos por difíciles situaciones que sucedían en casa. Es por esto que siento que mi niña interna ha despertado a través del trabajo con los cuentos al mismo nivel que les niñes en el poder de trasladarnos a la infinidad de posibilidades.
¿Cómo llegaron a sumergirse en el arte de contar cuentos? ¿Y cómo van construyendo las imágenes cuando preparan una historia? ¿Existe algún cuento favorito, ese en que niños y niñas participan activamente y lo piden una y otra vez?
Para mí (Maritza) nace del renacimiento de la niña que se despierta trabajando con niños de 2 a 3 años en un medio en el que cada palabra significa la imagen de un mundo mágico que compartimos diariamente y un recurso para desarrollar voluntad, estructuras, imaginario y gozo de la naturaleza que llevamos dentro. El espejo de la naturaleza dibuja pasos que se transforman en letras y dibujos que se van construyendo en una historia que escuché y que tocó la fibra.
(Javiera) es que mi mamá me contaba cuentos todas las noches. Luego cuando fui adulta, conocí a una cuenta cuentera que revivió en mi esas noches de cuentos y me despertó el interés por este arte. Cuando preparo una historia trato de que cada frase que narro, pueda verla a través de mi imaginación, es decir, sentir los olores, ver detalladamente los colores y formas justo en medio de mi narración y los oyentes.
Hay dos cuentos favoritos que se contaron en la mayoría de los pueblos. Uno es El sol, La luna y El agua. Un cuento muy contado en nuestros talleres y encuentros que nos hacía vibrar juntes y convivir en un mismo hogar. Y otro es Niña Bonita, otro cuento muy contado que de manera pícara y curiosa nos abre a la diversidad.
¿Qué historia hay detrás de “Musgo y Anacleta”? ¿Qué reacción de los niños y niñas les ha llamado más la atención en esta aventura?
Musgo y Anacleta son nuestras fieles compañeras de viaje, nuestros caballos de fierro. Ellas han hecho posible todas las aventuras, han resistido cuestas interminables, días de calamina, el viento que no las dejó avanzar y el sol abrazante de la Pampa. Cada vez que les presentamos a niñas y niños a Musgo y Anacleta, ellos quedan asombrados, les gusta que tengan un nombre, nos preguntan si tienen motor, qué cosas llevamos en ellas. Algunos nos han dicho que cuando crezcan van a viajar junto a nosotras, siempre nos piden que volvamos a visitarlos. En alguna ocasión cuando le comentamos a un niño de Puerto Aysén que ya partíamos hacia Coyhaique, él nos dijo: “tías pero mejor váyanse en bus, es muy lejos”.
En general niños y niñas quedan maravillados con las aventuras, muchas veces no nos creen que viajamos en bici y nos piden evidencias, nosotras les mostramos nuestros vídeos y con ello comienza una conversación con miles de preguntas ¿Cuánto se demoran?, ¿Tía, no se cansan?, ¿Y sus hijos, tienen hijos?, ¿Dónde comen y duermen?…
Al ir descubriendo distintos lugares, la naturaleza que envuelve cada paisaje, vivencias locales tan diversas entre sí, la oralidad de escuchar relatos desconocidos es una fuente infinita de inspiración, ¿Cómo ha sido la experiencia de trenzar estos imaginarios en su web?
Es un gran desafío poder plasmar las vivencias en un formato web que permita transmitir todo aquello que vivimos. Nosotras hemos encontrado en los videos, una forma vívida de compartir nuestro viaje. A su vez, la plataforma web nos ha permitido dar a conocer distintos cuentos creados por niñas y niños de distintas escuelas. Profesores nos han escrito para agradecernos ya que utilizan dicho material como un recurso didáctico en clases. De vez en cuando, recibimos mensajes de niñas y niños por medio de la web. Ellos nos escriben diciéndonos su nombre y escuela para mandarnos saludos y preguntarnos si aún nos acordamos de ellos. Esto nos llena el corazón ya que en algunas ocasiones ha pasado más de un año de nuestro encuentro.
¿Qué vivencia historia les ha significado un mayor desafío para contar, ya sea, desde la creación del espacio, el tiempo narrativo, las voces, los personajes o la interpretación en general?
Pablo Quintullanca es un niño de Villa Amengual que no le gustaba ir a la escuela, mucho menos quería escribir un cuento para estas dos viajeras locas que un día aparecieron en su sala de clases. Él se mostró bastante reacio y desafiante a las experiencias que realizamos. Cuando todes les niñes comenzaron a escribir sus relatos, él expresó con determinación que no quería escribir, no tenía nada para contarnos. Fue en ese momento en que Maritza comenzó a preguntarle por su vida, y sus intereses, sin darle mayor importancia a su desinterés por la escritura. Pablo amaba el campo y sus labores, la escuela para él era una perdida de tiempo ya que no le permitía ayudar a su familia. Al poco andar, Maritza pudo viajar a través de la conversación por toda la Patagonia. Pablo junto a su familia y 400 vacas va a las veranadas. Esta es una historia difícil de contar ya que la idiosincrasia de Pablo es tan rica y especial que para narrarla se necesita crear buenas imágenes que permitan llevar a todos los oyentes a esos lugares recónditos a los que Pablo iba. Se encuentra disponible en la web.
Hasta ahora han visitado todo el sur de Chile, Argentina y la Patagonia… ¿Qué lugares han sido particularmente especiales, tanto por la geografía, como por el recibiendo de la gente? ¿Qué aprendizajes han marcado este desafío, o qué decisiones evitarían en el futuro? ¿Tienen alguna anécdota que puedan compartirnos?
Esta pregunta es difícil, quedarse con un rincón es prácticamente imposible, cada lugar nos regaló sonrisas, la intimidad de vivir una semana con diferentes personas, costumbres y paisajes.
Sin embargo, haber cruzado el Onashaga y hacer un encuentro de cuentacuentos en Puerto Toro, la última escuela antes de la Antártica fue una experiencia realmente emocionante. Este era un sueño desde el inicio del viaje. Puerto Williams nos sorprendió con sus paisajes indómitos, nos imaginábamos esas tierras siendo habitadas por los yaganes, mirábamos el Onashaga y veíamos esas canoas con fogatas en su interior y sus gentes desnudas transitando por los canales. Es un lugar que marcó profundamente nuestro viaje.
Un gran aprendizaje que hemos tenido y compartido en cada lugar al que hemos llegado, es la desmitificación del mundo como un lugar peligroso. Antes de comenzar nuestro viaje, muchas personas nos incitaban a llevar armas o artefactos de protección como gas pimienta, cuchillos, etc. Nosotras comenzamos a permearnos de este miedo y tomamos clases de defensa personal. A lo largo de todo nuestro viaje jamás tuvimos una experiencia de violencia, robo o algo parecido. Todo lo contrario, durante meses no tuvimos que ocupar la carpa porque las personas sin conocernos, nos invitaban a dormir en sus casas, nos regalaban comida, nos acogían como si fuésemos una visita muy cercana y especial.
Anécdotas tenemos muchas, con esta pregunta siempre nos desafiamos a contar alguna que no hayamos compartido antes. Ahora viene a nuestro recuerdo una escuela muy especial en Villa Tehuelches, esta escuela queda entre Puerto Natales y Punta Arenas. Más que una anécdota tal vez es una experiencia. Ahí tuvimos el regalo de compartir durante toda la semana con niñas y niños en el internado. En las mañanas íbamos a la escuela a hacer nuestro taller y por la tarde compartíamos con niñas y niños, hicimos una cicletada, participamos de una completada, jugamos en la cancha, nos lavamos los dientes juntos, en fin una semana muy especial e íntima.
Seguramente, la pandemia ha modificado su calendario, teniendo que poner en pausa o repensar fechas dentro de su planificación? ¿Hacia dónde han volcado sus energías durante estos meses? ¿Han desarrollado encuentros de cuentacuentos en comunidades cercanas a Valdivia? ¿Tienen alguna novedad que quieran compartir con nuestros lectores?
Uff la pandemia nos volcó todo lo planeado, nosotras ya estábamos con rumbo norte cuando comenzó el Covid19. Nos costó tomar la decisión de detener el viaje, en un principio no sabíamos bien la envergadura de lo que se venía y nos resistimos bastante la verdad. Una vez que nos dimos cuenta que esto era para largo y que las escuelas estarían cerradas probablemente todo el año, decidimos dar otro vuelco a nuestras vidas. Inspiradas en tanta ruralidad, nos vinimos a vivir al campo, concretamente Bonifacio en la costa Valdiviana. Acá vivimos en una casa rodante, estamos disfrutando del huerto, las gallinas y el trabajo del campo en general. Durante este tiempo hemos hecho algunos encuentros vía zoom con niñas y niños, sin embargo no somos muy amigas del encuentro con niñes por medios digitales, extrañamos mucho el contacto directo, el juego y la espontaneidad que están presentes en nuestros encuentros.
Por ahora lo que más nos conecta con el viaje es la venta de nuestro libro, con el cual estamos muy contentas ya que ha tenido muy buena recepción por parte de niñas y niños. Respecto al futuro aún no tenemos muchas claridades, hemos decidido vivir el presente, sin embargo soñamos con volver a habitar las aulas y compartir cuentos y aventuras nuevamente y seguir rodando hacia el norte de Chile hasta México.
Por último, Nosotras entendemos lo diverso como todo aquello que nos parece distinto a nuestra realidad y entorno. ¿Cómo lo entienden ustedes?
Entendemos lo diverso como todo aquello que desde sus características, potencialidades y capacidades nutre las realidades . El bosque que en estos momentos acoge nuestros andares es diverso, su flora, su fauna sus luces y sus sombras, todos conforman el gran bosque. La diversidad es riqueza, es complemento, son las ventanas y las puertas abiertas, las alas abiertas dispuestas a volar, la imaginación que puede navegar a los mares más recónditos sin saber qué se podrá encontrar.
Conoce más de su proyecto aquí: https://www.pedaleandouncuento.org/
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