#CONOZCAMOS A SANDRA CONEJEROS

¿Cómo comenzó tu carrera como ilustradora?

Mientras estaba en la universidad, tomé un taller de ilustración y simplemente me fascinó. Ahí descubrí otros ilustradores, conocí técnicas, aprendí sobre la pregnancia de la ilustración, entre otras cosas. Y confirmé que la ilustración era hacia donde quería enfocar mi carrera como diseñadora. Una vez egresada me hice un blog con mis ilustraciones y se las envié a mis conocidos, ex compañeros y a todo aquél que pudiera. Así, “de boca en boca” y mostrando mi trabajo, aparecieron mis primeros encargos profesionales. De eso hace casi 10 años. 

¿Cuáles han sido tus referentes en el mundo de la ilustración?

Jesús Cisneros, Carll Cneut, Elena Odriozola, Isabelle Arsenault y tantos otros más!! De todos ellos destaco la postura corporal de sus personajes y el uso del color que tienen. 

¿Existe algún escritor e ilustrador al que sigas especialmente con interés o al que consideres una influencia? 

Wolf Erlbruch, por la forma tan sutil y a la vez potente de escribir e ilustrar.  Les recomiendo leer “El Pato y la Muerte”.

¿Cuáles son las técnicas con las que te sientes más a gusto?

Aún cuando me gusta estar constantemente conociendo técnicas nuevas: grafito, acrílico, gouache, timbres, collage, digital… Creo que siempre regreso a la acuarela. Fue lo primero con lo que aprendí a ilustrar y estoy en un constante aprendizaje. ¡Aún tengo tanto tanto por aprender de ella!

¿Cómo surge la serie Érase una vez?

Un día que necesitaba tomarme un descanso de mis trabajos, comencé a ilustrar un zorro. Cuando terminé su cabeza me di cuenta que la mirada que tenía, el zorro, era más bien melancólica. Entonces ahí surgió la idea de hacer una serie con animales, pero presentarlos desde otro punto de vista. Quise mostrar una mirada más íntima de los animales, más despreocupada y espontánea.

¿Cómo es un día en tu taller?

Parte tipo 8.30 am. con un buen café en la mano. Reviso redes sociales, leo noticias, veo videos. Procastinación pura. Y luego comienzo a trabajar en los proyectos que tenga.

Generalmente escucho música o películas que ya he visto mientras trabajo. A veces podcasts también.

Tengo la suerte de tener mi taller en mi casa, así que cuando puedo, hago una pausa de cerca de una hora para almorzar. Otras veces, cuando hay entregas más apresuradas, con media hora ¡alcanza!

Creo que rara vez estoy trabajando en un solo proyecto. Siempre estoy en al menos dos. Por lo tanto, mi escritorio es un caos de bocetos, anotaciones, libros.

Cuando necesito “cambiar de aire”, salgo al balcón a tomar un té o café. O a caminar por el barrio.

Jamás trabajo en pijama. No puedo. Es como si el día no comenzara para mí. Por eso siempre mi día parte aseada, vestida y con un café frente al computador.

Con los años he aprendido que lo mejor es hacer una rutina de trabajo, fijar horarios y plazos. Evito, dentro de lo posible, trabajar de noche. Honestamente no siempre puedo. Me gusta trabajar de noche, pero físicamente no me hace bien, así que me he esforzado en seguir una rutina de trabajo “de día”.

Si tuvieras que ser un estilo o alguna ilustración tuya ¿Cómo te representarías?

Como una de mis señoras de libreta. Medio doblada o chueca… buscando algo.

¿Qué próximos trabajos tienes en mente?

Continuar con mi serie de señoras de libreta y “Érase una vez…”. Me gustaría reunirlos en una exposición o un libro. Ya veremos. Por lo pronto sigo trabajando.