#conozcamos a ANDREA MAHNKE

Ella es Andrea Mahnke, artista chilena, nacida en Penco, Concepción. Estudió Licenciatura en Artes Plásticas con mención en grabado en la Universidad de Concepción y una Especialización en ilustración para publicaciones infantiles y juveniles en EINA, Barcelona.

Ha sido seleccionada en el Catálogo Iberoamericano de ilustración 2015 y en la Muestra de ilustradores de la Feria del libro infantil de Bolonia 2024.

En 2015 ganó el 1er lugar del concurso de marcadores ilustrados del FCE y el 2020 fue ganadora en la categoría Ilustración de los Premios Ceres. 

Ha publicado en las editoriales Ekaré Sur, Cocorococq Editoras y Muñeca de Trapo. Ha realizado algunas autopublicaciones en formato acordeón y carta infinita y actualmente sigue profundizando conocimientos y desarrollando historias con dichas encuadernaciones.

Entrevista: @AmparoAriasVillalobos para @Urdimbrediciones
Imágenes: @AndreaMahnke

¿Hubo un hecho particular en tu camino formativo que te haya llevado hacia la ilustración de libros para niñas y niños?

En un momento difícil, en el año 2013, tuve un reencuentro con los libros infantiles  y a partir de allí comencé a dibujar como una necesidad y a coleccionar álbumes y libros ilustrados. Me dí cuenta que lo que yo hacía con mis dibujos podía ser llevado al formato libro y narrar por medio de mis imágenes. Busqué convocatorias de ilustración y fui dándome cuenta que ilustrar  y contemplar libros ilustrados me hacía feliz.

 ¿Cómo es tu relación con la lectura? ¿Tienes alguna escena o libro que atesores como lectora, ya sea por su formato, portada o por quién te la leía?

Me he vuelto una pequeña coleccionista. Los libros me trasladan a mi infancia y a mis primeros gustos. Siempre vuelvo a esas lecturas. Aún me impacta el cuento de La sirenita, ese final trágico del cuento original de Andersen y lo que provocó en mi cuando lo leí a los 8 años. Conservo algunos de mis libros favoritos de niña como un tesoro. Uno de ellos era una Antología poética con ilustraciones de Marta Carrasco, que era de mi abuelita pero que terminó regalándome. Lo llevaba siempre a la escuela para leer en los recreos. También varios tomos empastados de la revista Mampato, que eran de mi abuelo y después de mi papá, quien me contagió el amor por la revista y la obra del Themo Lobos.

Tengo muchas ediciones diferentes de los cuentos de Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm y Oscar Wilde, ilustrados por Harry Clarke, Aubrey Beardsley, Arthur Rackham y Kay Nielsen, entre otros.

¿Cuáles son tus referentes o qué disciplinas nutren hoy tu universo creativo?

Mis referentes son algunas de las cosas que me cautivaron de niña y que son la fuente de dónde saco muchas de mis ideas porque siguen pareciéndome extrañísimas y realmente me obsesionan. Los lugares que están sólo en mis recuerdos, las antiguas fábricas, Concepción antiguo, la historia de mi abuela como hija de un refinero de la CRAV, lugares solitarios en la ciudad, invisibilizados y las historias de vida de personas de mi familia, entre otras cosas.

Me he vuelto admiradora de la obra del autor de manga Jiro Taniguchi de quién tengo casi todos sus libros. Me interesa el libro silente,  la encuadernación acordeón y los bordados de Yumiko Higuchi que me han inspirado a bordar también. 

Tus ilustraciones fueron seleccionadas –entre un total 78 artistas de 32 países y regiones diferentes– en la 58º exhibición de ilustradores de la sexagésimaprimera edición de la feria de Bolonia ¿Con qué palabra podrías resumir esta experiencia?

Agradecimiento. Fue difícil decidir enviarlas, fue complejo dibujarlas también. Las terminé con mi hija pequeña al lado acompañándome en su cuna. Cuando quedé seleccionada fue una felicidad muy grande porque no me esperaba que pasara, y todo lo bueno que trajo consigo. Pude viajar a Bolonia a la premiación de la muestra y cada mañana al empezar la feria me acercaba a contemplar mis ilustraciones expuestas allí. 

“La memoria perdida” título que lleva la serie de ilustraciones que fue exhibida en la reciente feria de Bolonia y que también forma parte del The Illustrators annual 2024. ¿Cómo nace y cómo fue el proceso creativo detrás de este conjunto de ilustraciones?

Nacen de mi interés por el pasado industrial de Penco. Mi familia trabajó en la refinería CRAV, Fanaloza y Loza Penco y estudié toda mi enseñanza básica en la escuela República Italia ubicada justo  frente a las ruinas de la ex CRAV y al lado de un terreno baldío que conservaba los cimientos de la antigua escuela Nro.69 dónde estudió mi abuela en los años 40 y 50. La historia de mi abuela, su infancia allí en torno a la fábrica y su memoria que se ha ido perdiendo eran cosas que yo quería contar.

Las líneas y la prolijidad de cada trazo construye un universo propio en tus ilustraciones ¿Cuál es la ruta para escoger la técnica y la paleta de colores en tus proyectos?

El dibujo con lápiz de pasta es lo que se me da más natural. Me gusta el blanco y negro, y trabajar todo con el mismo lápiz. Tuve la libertad de escoger esta técnica que me resulta más propia y que siento guarda relación con los temas que me interesan.

Naciste en el sur de Chile ¿Cómo dialoga el territorio dentro de tus composiciones y cómo se registra ese observar en tu cotidiano?

Todo lo que he visto o  que viene a mi memoria como un recuerdo, porque ya no existe, es lo que trato de evidenciar dentro de la composición. Los elementos cotidianos me soy muy significativos, lo antiguo y lo abandonado me ha atraído desde siempre y en Penco como en Concepción, me encuentro con muchas de estas situaciones interesantes que, aunque me duelen, me inspiran. Hago un intento por rescatar parte de ese pasado, borrado por los terremotos y pero también por la indiferencia.

¿De dónde surge la idea de explorar nuevos formatos, ya sea mediante leporello o carta infinita?

Descubrí la carta infinita gracias a la idea de la directora de la compañía de teatro La obra, Gisel Sparza, quien me encomendó la tarea de desarrollar una para la obra Estuario al fin del mundo. Fui estudiando su mecanismo y me encantó, así que he seguido usando ese formato, y creo que gracias a él he descubierto nuevas formas de componer una imagen. El libro acordeón o leporello lo descubrí en un libro llamado Cómo hacer tus propios libros, de Charlotte Rivers, y me ha permitido experimentar con composiciones apaisadas.

¿Qué estás leyendo ahora? ¿Qué libros relacionarías con las siguientes palabras: sur, raíces, maternar, cosmogonías y viaje?

Leo la Biblia, El cuento de mi vida de Hans Christian Andersen y Un puente de libros infantiles (Creotz Ediciones, 2017) de Jella Lepman.

Con Érase una vez un hermoso planeta llamado tierra (Zig Zag, 2010) de Saúl Schkolnik, pienso en el sur.

Raíces con El almanaque de mi padre (Planeta Cómic, 2013) de Jiro Taniguchi.

Cosmogonías con Mitos y leyendas de Chile (Zig Zag, 2013) de Floridor Pérez.

Maternar con el poema Dulzura del libro Ternura de Gabriela Mistral.

Viaje con El pescador y su alma (Ediciones SM, 2022) de Oscar Wilde.

¿Tienes alguna novedad o próximos proyectos que quieras compartir con nuestros lectores/as?

Estoy trabajando en un libro con mi amiga y gran escritora Paulina Jara Straussmann y en un libro escrito por mi con la querida editorial Ekaré Sur.

Trabajo también en un libro silente relacionado con las ilustraciones de La memoria perdida.

Por último, en UE Comunidad entendemos lo diverso como todo aquello que nos parece distinto a nuestra realidad y entorno. ¿Cómo lo entiendes tú? 

Entiendo lo diverso como algo bueno, natural  y  presente en todo orden de cosas. Lo veo en la naturaleza y en las personas. En las diferentes sensibilidades, en eso que hace la vida de cada uno algo único e interesante de ser narrado. Que ve un tesoro y la belleza en lo invisible, en lo despreciado y desechado.

Conoce más de su trabajo aquí:

https://www.andreamahnke.cl/

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