Dia Internacional del Libro Infantil 2020
«Hambre de palabras»
A finales de abril o a comienzos de mayo, en mi país verdecen los arbustos. Al poco tiempo los pueblan crisálidas de mariposas. Como algodón o algodón de azúcar lucen, pero las orugas no hacen sino devorar hoja tras hoja hasta que los arbustos están casi deshechos. Cuando las mariposas salen de sus crisálidas, echan a volar, pero así y todo, los arbustos no quedan arruinados. Dentro de un año volverán a echar brotes, y así una y otra vez.
Esto es imagen de una escritora, imagen de un poeta. Los cuentos y los poemas los carcomen, los agotan, y cuando están escritos, salen volando para terminar en los libros, para terminar entre quienes los oyen. Y esto no deja de repetirse.
¿Y qué ocurre con los poemas y con los cuentos?
Conozco a un chico al que tuvieron que operar de los ojos. Luego de la intervención tuvo que reposar acostado sobre su lado derecho por dos semanas, y luego, durante un mes, no pudo leer, no pudo leer nada. Cuando después de un mes y medio volvió a coger un libro, le pareció como si recogiera las palabras de un bol. Como si los comiera, los comiera de verdad.Y conozco a una chica que ahora es maestra. Dijo: ¡Pobres de aquellos niños a los que sus padres no leían libros!
Las palabras en los poemas y en los cuentos son comida. No son comida para el cuerpo: nadie podría llenarse el estómago con ellas. Son comida para el espíritu y para el alma.
Cuando el hombre tiene hambre y sed, su estómago se escoge y se le seca la boca. Busca encontrar al menos un pedazo de pan, una taza de arroz, de maíz, un pescado o un plátano. Cuanta más hambre tiene, tanto más se le estrecha la mirada, ya no ve otra cosa que un par de bocados que lo saciarían.
Pero el hambre de palabras no se muestra de esta manera, sino que tiene la forma del abatimiento, de la apatía, de la arrogancia. La gente que sufre de este tipo de hambre no es consciente de que su alma tiene frío, no se da cuenta de que está pasando junto a sí misma sin haberse percibido. Una parte del mundo se le va de las manos sin haber sido apenas notada.
Esta hambre pueden saciarla tan solo los poemas y los cuentos.
Si no lo hemos hecho jamás, ¿existe la esperanza de que podamos llenarnos?Sí. Aquel chico lee, casi no pasa un día sin leer. La chica que es maestra lee cuentos a sus alumnos. Cada viernes. Cada semana. Y si alguna vez se le olvida, son los niños los que se acuerdan de la lectura.
¿Y la escritora, y el poeta? Al año reverdecerán. Y volverán a carcomerlos los cuentos y los poemas que luego, como mariposas, echarán a volar. Una y otra vez.
Mensaje escrito por Peter Svetina.
Traducción: Barbara Pregelj.
Cartel ilustrado por Damijan Stepančič y diseñado por Melita Rak.
Todos los años, una sección nacional diferente del IBBY tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil, seleccionando a un escritor e ilustrador representativo de su país para escribir un mensaje dirigido a todos las niñas y niños del mundo, además de diseñar el cartel que también se distribuye globalmente, con el fin de promover la celebración en colegios, librerías y bibliotecas. El patrocinador de este año corresponde a IBBY Slovenia, a cargo del escritor Peter Svetina y del ilustrador Damijan Stepančič.