LOS PÁJAROS

“Algunos días son diferentes. Días que podrían ser parecidos a los demás. Y sin embargo poseen algo. Apenas un pequeño detalle. Imperceptible. Diminuto. Porque los pequeños detalles están hechos para ser descubiertos”.

A lo lejos un paisaje, un camino solitario, no hay palabras ni un érase una vez, la curiosidad nos gana. Queremos saber más. Damos vuelta la página y sobre el mismo camino una camioneta avanza, algo pasa con la imagen, como si con cada página que damos vuelta una cámara también se nos acercara. La misma camioneta aparece frente a nosotros en primer plano junto a la silueta de quién la conduce. ¿Será precisamente aquella silueta el protagonista de esta historia?

Otra vez y la página siguiente, la misma silueta se detiene, lo vemos, es el conductor que se baja de la camioneta y abre la puerta del maletero. Un pájaro, otro más, muchos que abren sus alas, las extienden y se elevan hacia ese cielo, ese lienzo azul amplio e infinito que espera ser poblado por el aleteo de sus plumas, matizadas, lisas. Una bandada de pájaros que va en búsqueda de nuevas nubes. El conductor, nuestro protagonista, los despide con la mirada.

Abrir el libro y visualizar la página, la doble página, la imagen que se desplega bajo un marco blanco. No hay palabras ni un érase una vez. Sólo un zoom in, un encuadre y otro plano. Una propuesta que juega con las distancias como esos pequeños libros, los folioscopios, que uno los lee avanzando con el dedo pulgar hasta ver una secuencia de imágenes, luego el movimiento a través de sus páginas. Del mismo modo, Albertine presenta un relato visual casi silente, acompañado de emotivos textos poéticos de Germano Zullo, que lo complementa aportando un segundo lenguaje, con ellos aparece la metáfora de la amistad, de los días y del tiempo cuando se comparte. En cada escena del libro, vemos la acción del personaje con su entorno y cómo cambia su día cuando se encuentra casualmente con un otro, como en nosotros, cuando aparece un gesto aquí, o allá, los colores de un atardecer en la playa o una sonrisa anónima, un detalle diminuto, difícil de percibir, que se vuelve inmenso, inolvidable.

El uso de colores cálidos y el marco blanco que está presente en todas las páginas otorga una lectura contemplativa  y a la vez casi silenciosa, con oraciones que nos van susurrando poesía que nos emociona como lectores y nos regala un momento para reflexionar sobre el respeto hacia lo distinto, la empatía por el otro y las ganas de enseñar lo que uno sabe; sin duda, un llamado a no olvidar es lo que autor e ilustradora, esta genial y creativa dupla, nos dicen al rematar en sus últimas paginas de su libro: “Los pequeños detalles son auténticos tesoros, tan solo uno basta para enriquecer el instante que pasa y cambiar el mundo”.

Más títulos de esta creativa dupla:

Si quieres conocer más sobre esta pareja, sus obras y proyectos, éstas son sus páginas: http://www.germanozullo.net y http://albertine-illustratrice.tumblr.com.